Un rincon con encanto.
No se puede decir nada de este local, ejemplar en servicio, en calidad y en lugar.
Cuando vas , vuelves...
Con servicio muy atento, donde te intentan siempre agradar con su trato.
Los clientes suelen ser fijos, ya que es en uno de los pocos, que se quedan con tu cara, y si sueles ir te preparan los desayunos, nada mas verte, intentan no hacerte esperar, la gente esta muy contenta con los empleados del bar capricho.
Luego respecto a la comida, todo casero, todo buenísimo, la especialidad son los periquitos (trozitos de pollo con un empanado especial)que no dejan indiferente a nadie, los caracoles, las habas, la ensaladilla rusa que es la mas buena de las que e probado, y que no cambia el sabor en tantos años que lleva abierto capricho.