ANADEL
Es un paraje increíble, altas montañas, el río, una auténtica pasada
Pero ya se sabe que en agosto todo está a rebosar. Había reservado unas horas antes y el amable chico me dijo que sin problema, pero a la hora de estar allí el desborde era evidente, menos mal que le encontré y nos ubicó muy amable en la terraza.
La comida fue más que correcta, canelones caseros y manitas a la brasa, ahh y requesón con miel y nueces, todo casero y delicioso.
Menos mal que luego emprendimos ruta hacia arriba.
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