Situación privilegiada
El Domingo pasado quería pasarme por el Museo del Prado. Hacía un día de perros y antes me apetecía tomarme un café, pero todos los establecimientos cercanos estaban cerrados. Encontré al girar la esquina este Restaurante precioso entre el Museo del Prado y el Jardín Botánico. Ya había comido, así que sólo quería tomar un café y la verdad que es un sitio genial con una decoración muy bonita y una música de un gusto exquisito.
Me tomé un capuccino que me costó 3 euros nada caro para la ubicación en la que se encuentra. Apuesto a que cuando el tiempo acompaña su terraza se debe de llenar. Ese día llovía muchísimo así que nos lo tomamos dentro.