Sandra R
Familiar y tranquilo
Me paré en este restaurante porque estaba en un lugar bastante tranquilo por donde no pasaba mucha gente aunque se podía oir el ruido de los coches que pasaban por la gran vía de Colón que está muy cerca. Está ubicado en una callejuela estrecha donde se agradece la sombra después de una mañana de caminata bajo el sol abrasador de Granada. Incluso a veces se notaba una ligera brisa que hacía más amena la comida. El trato fue muy amable como en todos los sitios de esta gran ciudad. Es la simpatía andaluza. Pedí gazpacho y chipirones fritos, típico, pero me pareció todo bastante casero. Por lo que pude comprobar es un bar de gente del barrio y no sólo de turistas cosa que se agradece.
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