Platos sencillos y en raciones justas,
Llegué a este restaurante tras dar una vuelta por Comillas, y como el día estaba lluvioso, tampoco busqué mucho. El camarero de la puerta me saludó muy simpático, y viendo que el precio del menú del día era lo normal en la zona (sobre 12€), le dí una oportunidad.
Los platos eran corrientes, teniendo de primero para escoger paella o cazuela de pulpo, y de segundo pescado del día a la parrilla, hamburguesa o pollo.
Platos sencillos y en raciones justas, un poco pequeñas para lo normal en el norte, aunque suficientes para quedar satisfecho.
Lo mejor del lugar es lo bonito