Carlos Olmo
Un hostal con sabor local
Después de un mes por Bolivia alojándome muchas veces en sitios con poco encanto, ya que no hay una red de hostales para mochileros propiamente dicha, llegar a humahuaca, y especialmente a Residencial Portillo fue una bendición, ya que es un hostal hecho con mucho cariño y gusto, con productos locales, las paredes son de adobe, los techos de madera y muchos complementos, como las lámparas y la carta del restaurante, con madera de cáctus, que abunda a millones en la zona.
El restaurante del hostal es muy bueno, y también pude desquitarme de la mala carne que comí en Bolivia, con un bife
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