Real Basílica de San Francisco el Grande

Sus inicios se remontan a la existencia del convento de Jesús y María, fundado según se cuenta por el mismo San Francisco de Asís a principios del s.XIII. Tras su construcción cambiará de manos repetidamente, y cumplirá entre otras, funciones de hospital e incluso estuvo a punto de convertirse en Panteón Nacional.

Llega a nuestros días tras haber sufrido innumerables restauraciones, hecho que la ha llevado a estar de obras casi 30 largos años; cabe destacar la cúpula que corona el edificio, así como las pinturas y esculturas que reposan en su interior, algunas de ellas realizadas por artistas españoles como Goya; en 1980 fue declarada como Bien de Interés Cultural.

Durante mucho tiempo la basílica de San Franciso ha puesto límite final a mis paseos por Madrid. En la sombra que otorga a los viandantes los martes por la mañana, se asentaba un mercadillo peculiar y bastante selecto. Al otro lado, el camino hacia el puente de Segovia, el Palacio Real, la Puerta de Sol. Una alegría para todo el que le guste pasear y relajarse. Para mí Madrid es esto: casi sin coches, sin prisas, sin ejecutivos ni gente que pierda el autobús.

Durante mucho he conocido una basílica oculta entre andamios hasta que un día, un conocido me invitó a un concierto de José Carreras.

Una de las Iglesias más importantes de Madrid. Muy interesantes pinturas.

Sobre todo si encuentras el guía que explica y cuenta la historia del lugar.