Laura Bergillos Quintero
Maravilla de hotel y de habitaciones en sus villas
Con tu propia piscina en un ligar mágico entre las dunas del desierto de Liwa que son las dunas más altas de los Emiratos Árabes de arena rojiza.
Nunca vi un espectáculo de vistas igual. Los restaurantes y el trato de sus trabajadores es ejemplar desde que haces la reserva hasta que te vas. El desayuno con miel natural directamente de la bandeja sacada del panal y sus granjas donde cuidan ejemplarmente a las especies que habitan en el desierto además de explicar cada uno de ellos. Un lugar encantador
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