Los colores mas calidos
Mi familia y yo, estábamos nerviosos por las vacaciones de verano, porque durante mucho tiempo la gente trabaja y tiene derecho a unas merecidas vacaciones, yo no soy de costa, soy más de montaña, así que aquel año estaba desacuerdo con la idea de ir a un pueblo de pescadores, pero aun así, decidí ir.
Al llegar allí mi cara de persona enfadada cambio radicalmente a una alegría en la que nada ni nadie podía haberme quitado.
Al ver el apartamento, y observar aquel agradable y acogedor hogar, y dejar las pertenencias, supe que tenia que salir al exterior investigar, a sí que acompañada