Puerta Negra

Apasionado de la cultura romana como soy, tenia fichada esta ciudad desde hace unos meses. Gracias a los controladores aereos que me dejaron tirado, decidí coger el coche y conocer esta zona que recomiendo a todo el mundo.
De Trier, lo que verdaderamente me llamaba la atención era su Puerta Negra, la puerta romana mejor conservada del mundo. Y no me defraudó, la verdad. Es el comienzo de cualquier exploración de la ciudad, y de allí parte la calle peatonal por la cual uno se adentra en la ciudad, por la antigua calzada romana, hoy adoquinada al estilo medieval.
La puerta destaca por su magnífico estado de conservación, y por su color negro, debido a la contaminación, y no por ser realmente el color de la piedra.

A Trier es recomendable acudir en tren. La estación central está situada cerca del casco histórico, pero no tanto como para no poder admirar la amplia presencia de los viñedos del río Mosela que rodean la ciudad.
El paseo desde la parada del ferrocarril hasta el centro de la ciudad por Christophstraße es agradable y sirve como preparación para lo que llega al final de la calle. Bajo cualquier condición climatológica, la Porta Nigra se muestra admirable, la piedra ennegrecida por los años y toda la rotundidad de su presencia conservada desde que los romanos dieron nombre a la ciudad y a sus fortificaciones, murallas y básilicas.