Roberto Gonzalez
El monumento elegante
Seis álamos espesos y redondos se aprietan en semicírculo, haciendo escenario a la estatua blanquísima del ingeniero, con su grave ceño, su rostro perilludo e hidalgo, sus charreteras y su ademán técnico. Abajo, un pedestal elocuente, y junto a él, también en mármol, una apetecible matrona joven, de formas rotundas y con un brazo levantado en actitud de panegírico, que representa a la ciudad y le ofrece un laurel.
El conjunto cuenta con tres inscripciones, una de ellas dice:” Honró las armas y elevó la ciencia, luchó cual fuerte sin manchar la historia, sus obras ilustraron su existencia y en las de Vento, se labró su gloria”.
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