La plaza más bonita de Nuremberg
Una de las mejores cosas que hacer en Nuremberg es perderse por su casco antiguo (Altsadt) en busca de los rincones más bonitos.
Déjate sorprender por sus calles empedradas y el estilo medieval de las casas de piedra y de entramado de madera. Estas casas deben mucho a la laboriosa y minuciosa reconstrucción que se hizo tras la Segunda Guerra Mundial, guerra que dejó la ciudad destruida casi al 90 %.
Uno de estos bonitos rincones es la plaza Tiergärtnertor, con una de las torres del castillo que data del siglo XVI y de los pocos conjuntos de casas tradicionales que se libraron de estos bombardeos, entre ellas la casa de Alberto Durero. La casa del hijo favorito de la ciudad, que lleva abierta al público desde 1871, es hoy día un museo que permite conocer como vivió el famoso artista alemán.