Un cúmulo de sensaciones
Aún quedan playas casi vírgenes en España y muchas están en el delta del Ebro. Una de ellas es la de Riumar. La sensación de inmensidad y de encontrarte solo delante del mar y arena y más arena es alucinante, la tranquilidad de no oír un ruido, apenas 3 o 4 personas más en toda la playa mientras miras un chiringuito vacío y a tu espalda dunas cubiertas de vegetación, las aguas tranquilas que van rompiendo en olas contra la orilla.
Una playa de estas características solo puede ser descrita como un cúmulo de sensaciones.