Aguas cristalinas aunque heladoras
Camino del cabo San Vicente, paramos a comer en el pueblo de Sagres. Nos recomendaron un restaurante-chiringuito a nivel de la playa y acertamos completamente. Mientras nos preparaban la comida, los más arriesgados nos dimos un baño que nos supo a gloria.
Lo bueno de la playa es que está protegida del viento por el Cabo Sagrés, por lo que se pueden bañar sin problemas de oleaje o corrientes.