Pinturas rupestres en Sigiriya

La cueva rupestre está en camino cuando empiezas a subir hacia la capital antigua de Sigiriya.

La capital estaba construida en la cima de una roca gigante, saliendo de la nada un poco como Ayers Rock en Australia.

Esta cueva es la principal obra de arte que puedes observar todavía en Sigiriya. Estaba cubierta de pinturas rupestres, de las cuales ahora solamente quedan algunas. El lugar había sido un refugio para los monjes ermitaños en los primeros tiempos. Con la llegada de la corte real y la construcción de la capital, se empezaron a pitar en la cueva las caras de las mujeres del harén.

Tras subir una escalera de caracol en un lateral de la roca de Sigiriya uno se encuentra ante estas mujeres, bellas y misteriosas. Unos dicen que son apsaras, otros que se trata de cortesanas, pero de un modo un otro son un regalo para el viajero que llega hasta ellas y ante el que se muestran tal y como llevan siglos haciéndolo, con su torso desnudo, sus cuerpos adornados con elaboradas joyas y en su manos bandejas con flores. Todas merecen su momento de gloria, así que no os olvidéis de recorrer la pasarela hasta el final, pues allí también hay bellas damas de las no todo el mundo parece acordarse.