Un pescador de Janitzio
Tempranito, en la mañana,
con el alma por campana,
se levanta el pescador,
motivado por su amor.
Ya está lista la canoa,
pega el viento rumbo a proa,
la saluda, sube a élla,
la respeta, cual doncella.
Escenario de montañas,
al frente tiernas cabañas,
chimeneas, humos al aire,
que nunca tenga desaire.
Andan inquietas las olas,
las aves hacen cabriolas,
penumbra rumbo al oriente,
oscuridad al poniente.
Rema, rema el pescador,
janiscience, con candor,
se habla de tú con la niebla,
no a las penas, no hay tiniebla.