Adriana Arias Simonovis
Penetrable de Jesús Soto
Es un crimen no meterse en un penetrable de Soto si hay uno cerca, de hecho puedes considerar que mataste para siempre a tu niño interno si no lo haces. Nadie resiste la tentación de interactuar con este artefacto terriblemente llamativo y lúdico que consiste en solo una rejilla metálica de la que penden cientos de mangueritas de caucho a vivo color. Parece increíble que con algo tan sencillo aprendí de niña a acercarme al arte, más que dibujando con creyones de cera.
En Venezuela ya no quedan tantos de estos como deberían. Jesús Soto era venezolano y hay más instalaciones penetrables en Estados Unidos -Los Ángeles, Miami, Houston, por ejemplo- que en el país donde nació.
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