Seguí callejeando por la calle Ximénez de Enciso y vaya grata sorpresa!!!
La verdad es que uno encuentra muchas veces en sus paseos cosas que le llaman la atención, otras sorprendentes y algunas como está casa, de la que no tengo la menor idea quien sea su propietario pero que está aquí a la vista, la mirada y al alcance de los ojos y cámara de cualquier paseante, dejando ya de ser sorprendente para convertirse en una de las tantas maravillas del mundo que no son elegidas ni Patrimonio de la Humanidad ni de interés histórico de la zona porque en algún lugar lo diría y creo que lo merece.
Cometí la osadía de penetrar con mi cámara ese zaguán tapizado de maravillosos cerámicos formando diferentes guardas y me acerque a la reja de hierro forjado para descubrir dentro un gran patio recubierto de cerámicos enmarcados en el bermellón de sus paredes rodeado de columnas de blanco mármol y que asomaban las ventanas del piso superior.
