Paseo Fluvial Guadalaviar

Vertebrador de la Sierra de Albarracín y principial cuenca hidrográfica, el río Guadalaviar (posteriormente denominado Turia), es una de las mayores riquezas que puede ofrecer la Sierra de Albarracín.

Nacedero en la localidad de Guadalaviar, recorre sus primeros kilómetros por mitad de la Sierra, y dota a ésta, de un espectacular barranco desde el mismo pueblo de Villar del Cobo hasta su salida de la Serranía en la localidad de Gea de Albarracin.
Señor de miles de rincones, el río Guadalaviar es un disfrute en cada tramo, que ofrece al visitante un lugar de tranquilidad, remor junto a sus aguas y sobre todo ese ambiente ribereño que tanto invita al paseo y la contemplación.

Un interesante paseo que se puede realizar fuera del entramado medieval de Albarracín, es seguir la senda del llamado "Paseo Fluvial" que está muy bien señalizado y que en épocas estivales ayuda a refrescarse del intenso calor de la serranía.

Nosotros comenzamos a la altura del Parque Municipal y recorrimos parte del meandro que semirodea a la ciudad. Un recorrido tranquilo, apacible, natural y sobre todo fresco.

Otra manera de visualizar este hipnótico pueblo y añadirle, si cabe, algún encanto más.

Vale la pena casi tanto o mas que el propio pueblo. Disfrutar del silencio y el sonido del agua hoy en día son todo un lujo. Tiene una duración de unos 30min y el recorrido tiene acceso al pueblo tanto al principio como al final.

Quizás un poco inaccesible en algún tramo pero si tenemos niños de a partir de 5/6 años, sin duda, es lo que mas le van a gustar.

Un sitio fabuloso para desconectar del estrés diario.

El paseo fluvial desde el parque hasta la altura del Portal del Agua no ofrece ningún atractivo especial y presenta un par de tramos, al principio, de cierta dificultad para los no acostumbrados al senderismo; aunque la foto de mi perfil está tasa desde allí.

Se trata de un paseo que rodea Albarracín desde la zona de la Catedral hasta la Oficina de Turismo (Aunque hay un par de variantes) El camino es bastante fácil y se pueden disfrutar de excelentes vistas de la ciudad y del cañón del río. Especialmente recomendable en otoño.

Hay que cruzar dos puentes colgantes que pueden dar algo de miedo, pero si no tienes miedo a las alturas no hay ningún problema y las vistas que hay desde estos son inigualables.