La buena vida
Uno de los lugares más bonitos de Cuenca que recuerdo es el parque de San Blas, con su iglesia rojiza, e imponente, pero que no agobia. Un sitio perfecto donde practicar el llamado turismo inactivo, es decir, actividad algo más relajada, sin necesidad de grandes pateos o desesperantes mapas. Además, esta plaza ofrece, por un lado las preciosas vistas bien acompañadas de una tarde relajada, con un clima anual envidiable y, por el otro, un comercio artesanal que se desplaza cada día a la misma plaza y sus alrededores con un único objetivo: la caza de viajeros deseosos de llevarse un buen recuerdo del Ecuador.