Infinidad de rincones que cambian con la marea
Las marismas de Santoña, junto con las de Victoria y Joyel, constituyen un precioso parque natural que contribuye a la merecida calificación de "Cantabria infinita" de esta comunidad autónoma tan diversa. Por mi parte, voy a contribuir con mi granito de arena a la difusión de las maravillas que ofrece al viajero. El entorno de la marisma es muy amplio y se puede recorrer a pie en diversas direcciones, pero ahora voy a descibir un recorrido sencillo, muy accesible, incluso con niños pequeños o ancianos.
Si accedemos a Santoña desde Argoños, a la altura del penal del Dueso (a la izquierda), veremos los primeros pabellones de la zona industrial. Allí mismo podemos dejar el coche (aparcamiento gratuito) para tomar el camino que se adentra en la marisma casi paralelo a la carretera por donde hemos venido, es decir, en dirección al oeste. A lo largo de un corto paseo podremos disfrutar de un paisaje espectacular a cualquier hora del día, aunque a mí, personalmente, me gusta el atardecer. En las fotos encontraréis la razón.