Uno de mis paradores favoritos sin duda
Un antiguo monasterio reformado, aún se puede visitar la iglesia e incluso cenar en una pequeña capilla. Las habitaciones son grandes, tamaño estándar de paradores, y el desayuno como no podía ser de otro modo, es muy bueno.
Además nos coincidió una actividad nocturna que hicieron consistente en el visionado de la película "El nombre de la rosa" en la antigua biblioteca de noche. Entre el ambiente y la película en sí fue una experiencia fabulosa.