Los charcos de agua y recuerdos infantiles
Este bellísimo parque que se encuentra a un costado del Fluvià, lo recorrimos por segunda vez en esos días, en un día lluvioso y muy frío, realmente el paseo resultó encantador. Estaba atardeciendo y fuimos sorteando pequeños charcos oyendo el crujiente sonido de las otoñales hojas que formaban un colchón amarillo, violáceo y ocre en casi todo su recorrido. Hojas que días antes habíamos visto brillar al sol en idéntico lugar, como si fuesen pequeños trozos de ese sol salpicando el suelo. Poco importó que los paraguas no fuesen suficientes, que el abrigo que llevábamos tampoco, sólo importaba la felicidad que nos traía el recuerdo de nuestra infancia en situaciones similares escuchando en nuestra mente la voz de mamá diciendo "tened cuidado y venid a dentro que os vais a enfermar ".