ANADEL
Fue un hotel con indudable encanto
Fue un hotel con indudable encanto, y sobre todo la cercanía a esas calas de roca con agua cristalina, es todo un acierto.
Pero lo que resultó inadmisible es el cobro abusivo por hacer uso de una piscina que debido a esto, a nadie vi usar, nunca me he visto en la tesitura de contratar un hotel con piscina y que cobraran por persona ese dineral por darse un baño.
Por lo demás el moderno baño tenía unas bonitas vistas sobre el mar y el atardecer, como la habitación, y la recepcionista hablaba español y resultó encantadora.
Ideal si queréis bañaros en la Grotta della Poesía,
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