Realidad o supercheria?
Nuestro corazón inocente, infantil, quiere creer que todo lo que se muestra aquí es una fantasía hecha realidad, pero nuestro cerebro, siempre a la defensiva de lo desconocido, tiende a decirnos que todo es falso, o al menos una gran parte.
Sea como sea es un museo para disfrutar, ya sea solo, en pareja, con amigos o familia, Es tanto lo que nos muestra que nos podemos pasar horas dentro, y por eso incluso han puesto un pequeño hot dog bar a mitad del recorrido.
El edificio en sí es precioso, en pleno Picadilly Circus. Entramos y subimos un ascensor que nos lleva al increíble mundo de Robert Ripley, explorador, dibujante, aventurero y por supuesto coleccionista, viajero por más de 200 países y buscador de lo extraño, lo inexplicable y lo peculiar. Se dice que recibía cerca de 1.000.000 cartas al año, ofreciéndole la venta de los más increíbles objetos.