Interactivo y dinámico
Lo que más me gusta de los museos es que sirvan para aprender sin necesidad de tener que dedicarle mucho tiempo o de ser un experto en el tema en cuestión.
El Museo Einstein de Berna no sólo cumple esa función, sino que, además, tiene todo lo que ha de tener un museo para gustar. Lo primero, lo espectacular de su montaje. El edificio en el que se encuentra es ya magnífico pero, además, cada una de las plantas es más espectacular que la anterior. Se nota que se ha derrochado tiempo y esfuerzo en construirlo.
Puedes vivir la historia de Einstein desde su juventud hasta su vida en Estados Unidos, y todo ello mientras aprendes de primera mano en qué consiste la Teoría de la Relatividad y descubres las razones que le han hecho ser tan relevante en la ciudad de Berna (allí fue donde desarrolló su teoría).