Un museo muy bien montado
Hay museos que verdaderamente te ofrecen una experiencia mucho mejor de la que te esperas. Eso es lo que me pasó en este curioso museo del papel.
Está situado en un antiguo molino de papel y, por tanto, en un lugar con mucha historia donde, en los últimos siglos, se han fabricado multitud de libros.
El museo hace un repaso, con diferentes salas y reconstrucciones, de la historia del papel y de la imprenta. Y lo mejor de todo es que te permiten participar en cada una de las etapas. Es decir, en la planta baja, te puedes poner en la piel de un fabricante de papel y, a través de las herramientas tradicionales que te enseñan a usar, construir tu propia página para que, posteriormente, en las plantas superiores, puedas escribir sobre ella con distintos elementos.