Atardeceres de postal en el muelle de La Ceiba.
Las guías de viaje no hablan muy bien de La Ceiba. Seguramente llegarás pensando pasar poco tiempo, y más bien utilizar la capital del departamento de Atlántida como base para recorrer sus alrededores. Es cierto que fuera de la ciudad hay lugares idílicos, como el Parque Nacional Pico Bonito, pero si eres una persona que disfruta cuando el cielo se pinta de tonalidades imposibles al atardecer, considera quedarte al menos una noche en La Ceiba.
Desde el Centro de la ciudad, es una caminata de unos diez minutos hasta el Muelle Fiscal. Si tienes la suerte de llegar en días del fin de semana, podrás observar a decenas de familias locales que salen a pasar el tiempo ya sea metiéndose al mar o simplemente charlando en alguna banca sobre el muelle. Las casitas de estilo inglés que fueron recientemente construidas sirven de escenario para el espectáculo que es el atardecer. Mientras los alcatraces se tiran en picada al mar en busca de peces, la tonalidad del cielo comienza a adquirir tonos cada vez más cálidos. Se pasa del amarillo al naranja, del azul al violeta.