En lo más alto de la capital
Creo que tuvimos una suerte bárbara al poder admirar la ciudad de Wellington por mar y casi por aire, desde el ferry y desde uno de sus miradores más famosos y visitados, el de el monte Victoria. También es el de más fácil acceso, ya que la empinada carretera nos deja justo en el amplio aparcamiento, casi siempre lleno, que precede a las varias plataformas de observación que nos permiten tener una idea global, casi en 360º de la compacta ciudad.
Aunque la altura no es impresionante (sólo 192 metros) si lo son las vistas, con hermosos paisajes que combinan las zonas boscosas con la maraña de calles (de sentido único), un impresionante puerto que parece ocupar la mayor parte de la superficie de la ciudad y una zona escarpada, llena de acantilados y playas que domina casi toda su costa sur.