El laberinto del recuerdo
Es curioso cómo un lugar puede parecer tan aislado, tan silencioso, tan emotivo aún estando en el pleno centro de una megaciudad como Berlín. Parece que el terreno donde se levantó hubiera estado ahí siempre, esperando ese momento de homenaje.
A dos pasos de la muy simbólica puerta de Brandenburgo, este gigantesco espacio que ocupa lo que en su tiempo fue una manzana ocupada por casas y palacetes, rompe la línea alta y horizontal que crean los edificios a su alrededor, lo que aumenta considerablemente el primer impacto visual.
No recomiendo contarlas porque creo que es un trabajo duro e innecesario, pero los 2711 bloques de hormigón de diferentes alturas, crean un laberinto no sólo físico sino también emocional en el que algunos visitantes juegan a perderse, otros reflexionan sobre el Holocausto Nazi y la mayoría se toma unas fotos que luego se perderán en la memoria.