El Viajero
Dos cuerpos, un sólo corazón
Si al llegar a Arcos de la Frontera no entramos en su centro urbano sino que bordeamos el Tajo por su parte inferior, conoceremos otra ciudad, menos turística pero más auténtica. Pasando el puente, donde podemos contemplar cuevas en la montaña, hermosos parajes naturales e instalaciones industriales de otros siglos, llegamos a un segundo puente que nos saca de la ciudad. Si no lo tomamos entramos por un barrio aparentemente moderno pero donde la mayoría de sus edificaciones son históricas.
Casi al inicio de esta ruta se encuentra una pequeña plaza que ha sido bautizada como de los Hermanos José y Jesús de las Cuevas. En el centro de la misma, delante de casas de estilo morisco, se encuentra una curiosa estatua.
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