Una obra maestra
La estatua ecuestre de Felipe IV (también es conocido el monumento como la Fuente de Felipe IV), se encuentra en el centro de la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real de Madrid. Está considerada una obra maestra dentro de este tipo de estatuas no sólo por el diseño de la misma, sino porque fue la primera en el mundo donde el caballo se sostiene únicamente con dos patas (lógicamente las traseras), con lo que el equilibrio es otro escollo a salvar por parte del escultor (Pietro Tacca, que contó también con la colaboración de Juan Martínez Montañés, que realizó el busto), por lo que requirieron los conocimientos de Galileo Galilei para conseguir la estabilidad. Otra curiosidad es que el diseño está basado en dos bocetos que pintó el propio Velázquez. Está realizada en bronce.