Uno de mis paradores favoritos
Este es sin duda uno de mis paradores favoritos junto con Corias y Cangas de Onís.
Situado en la Ribeira Sacra de Ourense, el mero hecho de aproximarse en coche, descendiendo después de haber subido la montaña para llegar a la hendidura en el valle en que se encuentra, resulta asombroso. Ver aparecer el edificio casi de la nada, dominando el valle desde su ubicación, majestuoso en su grandiosidad gris de piedra.
La restauración es muy cuidada, con uso medido de cristal y renovación de materiales antiguos. Las zonas comunes son preciosas, como no podía ser de otro modo, y la atención del personal, como no me canso de repetir en paradores, muy buena también.