Un paraje único y especial.
Monasterio fundado en 1376, cuyas obras las inició Jaime Gallent, está situado en la parte más baja de un valle flanqueado por abruptas sierras, se encuentra este lugar acertadamente elegido por los monjes jerónimos, justo donde un rio subterráneo sale a la luz, para 50 metros despues, volver a sumergirse bajo la tierra, dando lugar a un microclima y frondosidad única en la zona, con presencia de fresnos de flor, carrascas, espino albar, bosquetes de laureles, madroños, durillos y mirtos (murta), especie que da nombre al lugar. Entre otros, habitaron este monasterio: San Juan de Ribera y San Vicente