Bajo el cielo de París
París es una ciudad frenética y agotadora, repleta de pequeños y grandes rincones mágicos que explorar, y si bien puede parecer que, desde el suelo todo está a la vista, las distancias son relativas.
Recuerdo de mi viaje que todo lo que quería ver estaba lejos, muy lejos, y por mucho que caminase, parecía nunca llegar a mi destino. Siempre acompañado por la torre Eiffel dibujada en el horizonte como un faro diseñado para guiar a miles de visitantes errantes por sus enmarañadas calles, y bajo un cielo gris que amparó mis invernales aventuras parisinas.
Subir al tejado de cada monumento