La gran testa xupiteriana, según el siempre genial Otero Pedrayo
Pocos lugares hay en Galicia como el Monte Pindo. Siempre tengo ganas de lanzarme por sus laderas, de conocer un rincón más de este asombroso paraje. Tengo la fortuna de ser guía y acompañar a muchos turistas a este rincón, mi rincón. Y sin duda todos quedan asombrados, no sólo por las maravillosas vistas que nos ofrece desde su parte más alta, la cumbre llamada A Moa, a 627 metros sobre el Atlántico, sino por las asombrosas figuras que sus piedras, que ayudadas del viento y de la lluvia, han ido creando a lo largo de los siglos enormes gigantes petrificados, delfines que quieren escapar hacia el océano, la reina Lupa... Sin duda, estamos ante la catedral natural más importante de la zona llamada Costa da Morte.