Deliciosos helados de curiosos sabores, ¡y de vicio!
Creo, y no exagero, que es la mejor heladería con la que me he encontrado. Helados deliciosos, de sabores curiosos y difíciles de encontrar, disfrutable al 100%. Además, también recuerdo que tenían tartas, las cuales se quedaron en el escaparate gritando "¡cómeme Iván, cóoomeme!", pobrecitas.
¡Helado de mojito y de vainilla! Ese es el que probé yo y he de decir, que estaba impresionante. Nunca me hubiese esperado encontrar el sabor a mojito. Y la vainilla estaba de vicio.
Por cierto, destacar su gran servicio de pago. Las heladeras no tocan el dinero en ningún momento. Antes de que te atiendan, tienes que seleccionar tu pedido (el tipo, es decir, helado de X tamaño u otra cosa) en una maquina que ves nada más entrar, lo pagas en esa misma máquina y luego te da un ticket, con el número con el que serás atendido.