Lo mejor, su terraza, el resto, como en todo Santillana, normalito pero salvable.
A veces pasa que los pueblos más turísticos no cuidan mucho la gastronomía, prefieren ofrecer comida de batalla a veces de calidad y otras veces no, y ponerse de acuerdo todo el pueblo en mismos menús, mismos precios y así sucede en Santillada del Mar.
Ya había comido 2 veces antes aquí en el pueblo, porque no te queda otra ya que se te hace la hora de comer allí y por no coger el coche te resignas y pagas 15 euros por unos espaguetis y una pechuga, pero claro, esta última visita era más difícil escaparme de comer aquí pese a que yo ya había anunciado a mis acompañantes de ruta que Santillana gastronómicamente hablando (si no es por carta y en el parador) a mi me dejaba mucho que desear, pero bueno, ya que todos los menús son iguales como los precios pues nos decantamos por uno con terraza y acabamos aquí.