Mesón Los Cantos

Valverde de los Arroyos es un pueblo de 97 habitantes por lo que este es uno de los pocos restaurantes del pueblo.

Lo lleva un matrimonio joven (según pude leer antes de ir y según pude comprobar al llegar) que decidió restaurar la típica casa de pizarra negra del pueblo para convertirla en un restaurante acogedor, con mucho encanto y en el que poder degustar platos típicos de la zona y cocina casera de toda la vida.

Nosotros optamos, como podéis ver en las fotos, por unos buenos huevos de corral y unas riquísimas croquetas para empezar. Estas últimas, por cierto, muy parecidas a las que hace mi madre, no se quién habrá robado la receta a quién.

Situado detrás de la iglesia ubicado en una casa antigua restaurada, en la parte superior se encuentra el restaurante y en la planta baja el bar, se puede comer a la carta o raciones en la barra, destacar las croquetas y los productos de la matanza para picar, las costillas y el platito de chuletas con patatas una muy buen opción para comer.

Comida tradicional que no pierde calidad ni encanto

Comida tradicional que no pierde calidad, ni encanto

Comimos ayer domingo y únicamente se puede definir con una palabra: espectacular.
Todo. El trato, la comida (cantidad y calidad), el restaurante, la decoración...

Está en una casa preciosa, ambiente rural en madera, con chimenea. Mención obligada y especial a las croquetas: la bechamel era de escándalo. Comimos un chuletón y un somarro, y el sabor de la carne era increíble. La relación calidad-precio, inmejorable. El trato súper cercano, cariñoso, nos ayudaron en la elección y fueron muy muy amables.

De verdad que da gusto encontrar lugares en los que te hacen sentir así de bien y en los que comes de maravilla.

Muy buena comida la que hemos podido disfrutar hoy día 1 de Diciembre. Ayer reservamos para comer cabrito asado y ha merecido mucho la pena.
Al empezar a pedir, nos han recomendado medias raciones de entrantes porque efectivamente el plato principal es muy grande, otro gran detalle por parte del personal al igual que al pedir un vino Ribera de Duero, estupendo al informarnos que si solamente nos beberíamos media botella, nos cobrarían la mitad.
Hemos empezado con unas croquetas exquisitas y unos torreznos buenísimos.
Seguido del cabrito asado que es una gran recomendación para disfrutarlo.

Estuvimos el 18 de marzo comiendo en este restaurante. Reservamos el día anterior puesto que el pueblo es pequeño y solo tiene dos restaurantes. El saloncito de arriba es pequeño pero super acogedor, el personal muy amable y la comida riquísima.
Comimos unos huevos de corral con patatas fritas y una de matanza que tenía chorizo frito, torreznos y morcilla. Estaba todo buenísimo.
De segundo pedimos unas chuletillas y un solomillo, muy muy bueno todo, y lo acompañamos con un Ramón Bilbao y de postre dos tes pq ya no podíamos con el postre.
Nos costó 59 euros.
Si se quiere asado hay que reservarlo el día antes, mucha gente lo estaba comiendo y tenía una pinta estupenda.