Mesón Casas Colgadas (Cerrado)

El Mesón Casas Colgadas, situado en las mismísimas Casas Colgadas de Cuenca, es uno de los más populares de la ciudad, como podréis suponer. Tan solo por su ubicación vale la pena comer aquí. Además, es uno de los mejores lugares de Cuenca para degustar las delicias gastronómicas de esta bella región, de hecho tiene varios premios, entre ellos el primer premio del X Concurso de Restauración de la Junta de Castilla-La Mancha de 2002, que lo designó el mejor restaurante de esta Comunidad Autónoma.

Fue fundado por Pedro Torres, Premio Nacional de Gastronomía y actualmente está dirigid por su hija, Mercedes Torres.

El Restaurante Mesón Casas Colgadas se encuentra en un edificio del siglo XIV en las conocidas Casas Colgadas. Ofrece una cocina de Castilla la Mancha actualizada y platos creativos. Cuenta con muchos premios y distinciones y es visitado por numerosas personalidades, entre ellas los Príncipes de Asturias en su primera cena de casados. En el lugar se pueden degustar platos como las berenjenas rellenas de cangrejo de río, el hígado de oca braseado y los asados lechales de cordero y cochinillo, el morteruelo, el ajoarriero, el venado a las hierbas aromáticas, el gazpacho pastor y las migas ruleras.

En nuestro viaje a Cuenca el puente del 1 de Noviembre de 2016, nos encontramos con que este Restaurante lleva cerrado desde hace ya tres años según nos dijo una vendedora de artesanía que tenía su puesto casi en la misma puerta. Una lástima pues creo que era bastante bueno.

Sin duda, es uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad y uno de los más conocidos. Su situación, dentro de las propias casas colgadas, hace que sea muy famoso por lo que es el típico lugar donde se concentran los turistas de todos los lugares. La cocina es buena, local, clásica, poco sorprendente y utiliza productos de buena calidad. El servicio es correcto, sin más...todo va a depender de la afluencia de gente el día que vayáis...

Lo mejor, las vistas, especialmente desde algún salón privado que otro que, por cierto, es perfecto para celebraciones o eventos de cualquier tipo.

La verdad es que cuando reservamos mesa en el restaurante yo iba predispuesta a que ibamos a comer en las mismas casas colgadas, que nos iban a sablar y que comeríamos regular. Vamos, que mas bien era el sitio que la comida. Pero al final salí encantada. El sitio es bonito, nosotros estuvimos en un salón antiguo, todo pintado de blanco con unos ventanales que dan a la cuenca del rio (los que siempre aparecen en la foto). La comida es típica castellano manchega. La ensalada de queso de cabra es exquisita y el cochinillo y el cordero de los mejores que he probado. Sin duda, si vuelvo a Cuenca, volveré