sala2500
El mercadillo no tenía fín. Apostado a l...
El mercadillo no tenía fín. Apostado a lo largo de una de las orillas del lago, ofrecía al turista todo aquello que no encuentran en sus ciudades.
Una simple barca para remar o un sencillo juego de tiro con armas de medio juguete con las que te ganas un osito de peluche. Esta zona, pegada al embarcadero del club náutico, estaba lleno de estas pequeños entretenimentos, tan normales en Europa y tan novedosos todavía por estas tierras.
A ellos. Los hindúes, los veía como sorprendidos y desconfiados con todo aquello que se encontraban por primera vez, ya fuese un mechero con luces
Leer más