Moderno y elegante
Conocimos el hotel Meliã Braga, gracias a un importante descuento que ofertaron desde una página web de viajes.
Está situado algo alejado del centro, unos 40 minutos andando, hay una parada de autobús cerca, pero el último sale de cada cabecera a las 20.30h.
La recepción es un espacio diáfano decorado en tonos blancos y con un mobiliario muy moderno.
Nos alojamos en una habitación triple en la última planta. Las vistas eran preciosas. La cama de matrimonio, unas de las más cómodas que he probado, la otra era un sofá cama (con colchón) también muy cómodo. La habitación estaba llena de detalles, las luces se controlaban a través de unos paneles incrustados en las mesitas de noche. Había caja fuerte, minibar, televisión de plasma, secador (eso sí, de los de poca potencia) ducha y bañera. La habitación y el baño estaban comunicados a través de un cristal (algo poco práctico si como en mi caso compartes la habitación con amigos)
El otro plus del hotel es su spa, compuesto de piscina cubierta jacuzzi, sauna finlandesa, baño turco, piscinas de frío calor y duchas de chorros. Una auténtica delicia. Tanto el acceso al spa como al gimnasio no estàn incluidos en el precio de la habitación.