Josefina Grateron
La primera vez que escuché que alguien ...
La primera vez que escuché que alguien dijo "Vamos a Mejillones", pensé que la frase estaba mal construida, que le faltaba el verbo "comer, "vamos a comer mejillones". Me preparaba para saborear esos moluscos marinos que son deliciosos cocinados al vapor o de mil maneras diferentes. Pero estábamos en Anfogasta y yendo en coche, nos dirigimos 65 kilómetros al norte. Entonces llegamos a Mejillones, donde por supuesto abundan los "choros" (así se les dice también a los mejillones) pero también tienen un mar increíblemente lleno de lobos marinos y pelícanos. La ciudad de Mejillones empezó siendo una modesta localidad que se dedicaba a la pesca artesanal.
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