martin susel
Volver a la infancia, de vez en cuando...
Volver a la infancia, de vez en cuando no es malo, y tal vez, sea uno de los pocos lugares en los cuales uno ha sido feliz y podría volver, sin temor a defraudarse.
Caminando por la peatonal de Franckfurt, encontré un lugar de venta de los archi famosos ladrillitos que era digno de ser observado por cualquier grandote con alma de niño.
Los chicos que estaban dentro, contentísimos. No es para menos, inclusive la nota curiosa es que venden ladrillitos sueltos, cosa que por lo menos aquí en Argentina no se ve.
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