La esencia de Mónaco
Que sorpresa tan agradable encontrar de golpe el casco antiguo de Mónaco!. Una tiene una visión de Mónaco muy típica y tópica, y de repente el principado te sorprende con una maravilla de calles, de edificios, de contrastes, colores, bullicio, vida cotidiana y estilos.
En mi visita a Mónaco, decidí coger un autobus y dejarme llevar. El autobús finalizaba justo en la entrada a lo que se conoce como Le Vieux Monaco. Primero parece que llegas a un lugar casi sin vida, muy bonito, de colores pasteles, con edificios regios y tremendamente elegantes, pero solitario. Y de golpe, una vez entrás en la rue Emile de Loth, todo cambia, y tus sentidos se quedan atontados. Colores chillones, a veces estridentes, bullicio, bares, tiendas de souvenirs, gente por aquí y por allá, y tu cabeza se queda pensando, ¿pero a dónde he llegado?, y solo con cruzar una calle;-))).