Marie & Matt
Delicioso
No sabíamos dónde ir a comer la primera noche que llegamos a Barcelona, por lo que nos dejamos tentar por el pequeño restaurante Miño, ubicado en un callejón un poco aislado de la Rambla. Para convencernos, fue suficiente ver el cartel de "productos del mercado y caseros". Por consiguiente, la factura fue un poco elevada, pero al menos pudimos probar dos versiones de pulpo y de queso de oveja rociados con vino local. Delicioso!