Fernando Almenar
Remontando con el croissant
Nosotros, como las palomas mensajeras que habitaban este palomar, nos ponemos en marcha todos los días desde este punto estratégico de Ramonville.
Raro es, ver a la Condesa con sus cahorros de caniche a las horas que nos levantamos.
Desde aquí preparamos con minuciosidad el desarrollo del día, nos dan los primeros rayitos de sol en la carita y apretujamos todo lo que podemos los trastos en la mochila.
Saludamos con una buena sonrisa a los encargados de abrir la confiserie de la esquina. Esperamos veinte minutos de reloj y los volvemos a ver, pero esta vez vendiéndonos un croissant con su miel recién hechito.
Leer más
+3