Antes era un chalet que terminó ...
Antes era un chalet que terminó quemándose, comprado por Napoleón II, y remodelado en restaurante.
En invierno el chalet se utiliza para bodas, celebraciones y cenas. En verano su terraza es su principal atractivo: Vistas al lago rodeados de mucho verde, pajaritos y algún que otro animal. Para llegar hasta el chalet hay que coger un barquito que tarde menos de 1 minuto en llegar a la isla, y que es gratuito para los comensales.
La comida es francesa, los precios no son demasiado elevados para tratarse de un restaurante de este estilo (unos 50 euros por persona) y el personal es atento y muy amable. Un lugar que recomiendo a todos aquellos que vivan en París y busquen un lugar especial y diferente para celebrar un cumpleaños, un aniversario o una boda. Y también un restaurante que encantará a los que visiten París y quieran conocer un sitio diferente.