Las piedras que hablan

Si quieres sentirte un arqueólogo reconstruyendo la historia esta propuesta del Patronat de Turismo de Tarragona es absolutamente imprescindible. Tarragona fue la primera provincia que los Romanos montaron fuera de Roma, así que su importancia histórica fue enorme. La ciudad evolucionó mucho convirtiéndose en la ciudad más importante del a península ibérica. La gente prosperó y muchos de ellos, ricos, o nuevos ricos, quisieron dejar su rastro para la posteridad en forma de pedestales y estatuas que rodeaban el foro y alrededores.

Poco queda de esa época, pero aún quedan unos cuantos pedestales en la calles de la ciudad.

"Las Piedras Que Hablan" es un recorrido por las inscripciones latinas de Tárraco incrustadas en edificios de la Parte Alta.
Nuestro guía fue Magí Seritjol, el director del festival Tarraco Viva (en éste, gladiadores profesionales de Roma acuden a Tarragona para reproducir de una manera casi exacta lo que sucedía en el Anfiteatro de la ciudad durante época romana).
En esta ruta Magí nos identificó las inscripciones en latín de algunas de las piedras que rodea la ciudad; una referencia fantástica para hacerse una idea de cómo eran las personas de la ciudad, sus relaciones sociales, su mentalidad, valores morales y un largo etcétera.

Cuando conocí la experiencia "Las piedras que hablan" no me imaginé que resultaría una visita tan grata como resultó ser. Es increíble la información que nos da una piedra. Tanta, como para que gracias a ellas, podamos acercarnos y entender un poco mejor la sociedad romana del viejo Tarraco. A lo largo de cerca de 30 pedestales "Las piedras que hablan" permite conocer no sólo la sociedad y costumbres romanas, sino también a los distintos tipos de habitantes que en ella habitaban. Repetiría la visita sin dudar, sin duda que fue todo un acierto el realizarla.

En cualquier rincón, por recóndito que sea. En cualquier fachada, por modesta que sea. Siempre vale la pena observar ya que podemos encontrar inscripciones que nos remitan a tiempos pasados, épocas en las que se consideró a Tarragona como uno de los lugares más culturizados del mundo occidental. Vale la pena escuchar a paredes con más de dos mil años de historia. Seguro que han visto y oído mucho