Frío como el hielo
Pocos lugares de la Isla Sur están tan llenos de leyenda como la zona que rodea el lago Gunn. A medio camino entre la siempre turística Te Anau y el calmo pero magnético Milford Sound, el lago Gunn y Cascade Creek han sido desde siempre lugares frecuentados por aborígenes y pakehas.
Los primeros recorrían el lago y las cascadas y ríos de los que se alimenta para encontrar la fabulosa "piedra verde" o pounamu, jade para nosotros y los extranjeros ya asentados como Davey Gunn para abrir nuevas fronteras para los pioneros que como en el salvaje oeste buscaban nuevas fronteras para establecerse en estas tierras de difíciles caminos. Es curioso que el propio Gunn se haya dedicado durante mucho tiempo a llevar ganado de un lado para otro y que esa experiencia le haya resultado muy útil para luego guiar turistas por el valle durante más de 25 años hasta que por una desafortunada caída del caballo se ahogó.